Muy fácil.
No tengo.
Y hasta aquí el post de hoy.
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
¿Alguno ha echado de menos leerme alguna que otra semana o qué?
He pasado de tener tiempo para todo, a no tener para casi nada.
La simple rutina del día a día es simple pero agotadora.
Me suelo levantar sobre las 6 de la mañana.
No porque quiera. Ni porque esté haciendo ningún reto. Ni tampoco porque me haya unido a ningún club.
Simplemente porque es la hora en la que Pau dice que toca arrancar el día.
Juego un poco con él, hasta las 7 más o menos, momento en el cual se levanta Carla, le da de mamar, y yo aprovecho para vestirme y prepararme el desayuno.
Si tengo mucha hambre desayuno en ese mismo momento, y si no, espero a hacerlo al llegar del primer paseo de la mañana.
Solemos salir a pasear una horita entre las 7:30 y las 8:30. Ese paseo se ha convertido en algo imprescindible en nuestro día a día, y en un momento de conexión y desconexión brutal.
Digo conexión porque siempre lo llevo en la mochila porta bebés y por tanto lo llevo pegado a mi pecho, y desconexión porque él se duerme nada más pisar la calle y yo aprovecho para ordenar ideas o escuchar algún podcast.
Al llegar a casa, le preparo el desayuno y sobre las 9 se lo doy. Si no he desayunado todavía, aprovecho para hacerlo con él.
A partir de ahí, vienen unas dos o tres horas en las que aguantarnos uno a otro, hay días que se hace complicado.
El quiere gatear por toda la casa, levantarse aquí, levantarse allá, morder esto, morder lo otro, coger todo lo que esté a su alcance, o mejor dicho, al alcance de su vista…
En fin, es un no parar detrás de él.
No me quiero imaginar cuando empiece a andar, que dicen que la tarea se complica todavía más.
Mientras tanto, tengo que intentar hacer la comida, fregar los cacharros del desayuno, llenar o vaciar el lavavajillas…vamos, tareas de casa.
Cuando se hacen las 11:30 o las 12:00, si no consigo dormirlo en casa, me toca cargármelo en la mochila de nuevo y dar otro paseo, porque si no se pone insoportable, a parte de que sería capaz de sacarse los ojos o arrancarse las orejas de tanto refregón y estirón respectivamente.
Si se duerme en casa y la mañana ha ido bien hasta el momento y tengo tanto su comida como la nuestra preparada, tengo media horita para mi, que aprovecho para hacer algo de deporte en casa, o sentarme delante del ordenador, según se tercie.
Cerca de las 13:00 le doy la comida, y al terminar, de nuevo al suelo para jugar otro rato más o ir detrás de él por toda la casa.
Sobre las 14:20 llega Carla de trabajar, le da de mamar, y yo mientras aprovecho para comer, porque si no se queda dormido de nuevo, es inviable comer los dos juntos sin que se nos ponga a berrear, al menos de normal.
Así que nada más termino de comer, de nuevo a jugar o supervisar al peque, mientras Carla come.
Sobre las 15:00, ya pasa a ocuparse de Pau la mamá, yo termino de recoger la cocina, me preparo un buen café, y me pongo al ordenador o cojo un libro un rato.
A las 16:40 salgo de casa para ir al trabajo, y vuelvo a las 21:50.
Duchita y al sobre, que si no, la noche se hace corta.
No os penséis que es acostarse y dormir como un tronco hasta las 6.
Si fuese así sería de locos.
Pero no, Pau sigue despertándose un mínimo de 3 o 4 veces por noche llorando desconsolado, y aunque son Carla y sus tetas las que se ocupan de volverlo a dormir, pues uno no descansa igual que si durmiese de tirón.
Como entenderéis, me cuesta bastante pasarme por aquí.
Pero mira, hoy, una tarde noche random de sábado, me ha dado por daros señales de vida.
¿Qué aprendizajes me llevo de estos casi nueve meses de paternidad en cuanto a gestión del tiempo, y de mi vida en general?
Tener una rutina es clave: si no planificas el día, estás KO. Desayuno, paseo, comida, siesta, ducha, cena…O lo tienes todo bien organizado, o a la que te das cuenta, ya llegas tarde.
Mientras duerme, vuela: no sabes si tienes quince minutos, treinta, o una hora, así que haz lo que tengas que hacer pero ya.
Simplifica tu día: no te martirices. Criar un hijo no es moco de pavo, y si es lo que quieres y eliges, disfruta del día a día y no busques hacer grandes avances en otras facetas de tu vida.
Di no: no puedes estar en todas partes. No puedes cumplir con todo el mundo. Tu vida ha cambiado radicalmente y tienes que priorizar.
Acuérdate de ti: es básico, pero a veces se nos olvida. Descansar, cuidar tu alimentación, hacer deporte, y pasar tiempo con tu familia y amigos, es vital para que tu salud física y mental no se vea perjudicada.
Toda ayuda es buena: si familiares o amigos se ofrecen a echarte un cable, que no te de vergüenza aceptarla. Más que nada, porque es probable que sin ella, el punto anterior se te haga prácticamente imposible.
Y nada, hasta aquí hemos llegado hoy, que aunque mañana sea domingo, toca madrugar.
Nos vemos pronto!
Un abrazo.
Imagine raising 3 kids and having a 24 hour job like a farm