¡Segundo reto superado!
¡Hola a todos!
¡Pensaba que no se terminaría nunca! 😅 Mi reto de estar treinta días con el móvil restringido ha sido una prueba de voluntad y autocontrol, pero al final lo he conseguido. Y aunque ha sido difícil, he aprendido mucho sobre el uso que le damos a nuestro móvil en nuestra vida diaria.
¡Mirad esta imagen del uso diario y semanal que he tenido durante este último mes! 😱
No sabía que la batería del iphone pudiese aguantar tres o cuatro días sin necesidad de cargarlo…🤣🤣🤣
Durante este tiempo, he echado de menos la comunicación con mi familia y amigos y la calidad de la misma. El móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestro día a día, y es muy útil para consultar información, trabajar o revisar documentos. Pero en cuanto a la comunicación, poder compartir o que te compartan una foto en tiempo real, por ejemplo, es algo que no le damos ya ningún tipo de importancia, y es una pasada.
Por otro lado, vivir con el móvil restringido tiene sus ventajas. Tienes menos distracciones y pierdes menos tiempo en redes sociales o aplicaciones innecesarias. Te sientes más libre y relajado, y tu "mundo" sigue funcionando aunque no consultes el móvil cada dos por tres.
Después de este reto, he decidido seguir algunas reglas para mantener un uso más consciente del móvil:
🚫 Prohibido tener el móvil en la habitación.
🕒 No consultarlo ni en la primera ni en la última hora del día.
⏰ Tener límites de tiempo para las redes sociales.
📱 Tener horarios determinados para responder los mensajes de trabajo.
Es importante establecer objetivos claros y cuantificables para saber si estamos cumpliendo con nuestras reglas y mejorando con el tiempo.
¡Así que ya sabéis! Vivir con el móvil restringido puede ser difícil, pero merece la pena para tener una mayor paz mental y ser más productivos.
Como siempre, os animo a probarlo.
Le he cogido el gusto a esto de proponerme retos y compartirlos con vosotros. Así que después de unos días de descanso, ya que el último lo terminé este martes pasado, estoy preparado para empezar el siguiente.
En esta ocasión consistirá en probar el tan famoso y de moda actualmente, ayuno intermitente.
Después de varias lecturas relacionadas con el tema, me he animado a intentarlo.
¿En qué consiste?
Simplemente en tener una ventana temporal en la que podemos comer, y otra que no.
Para los que no lo hemos hecho nunca, recomiendan empezar por hacer uno de 12 horas de comer “lo que quieras”, y 12 en las que no comes nada, haciéndolas coincidir con la noche, para aprovechar las 7 u 8 horas en las que estamos durmiendo.
Como este me parece muy sencillo, empezaré directamente por el siguiente más recomendado, el de 16/8. Hacer tus 2 o 3 comidas diarias durante 8 horas al día, y dejar descansar al cuerpo las otras 16.
He crecido con la idea de que hay que comer cuantas más veces al día mejor, para así hacer comidas pequeñas y no engordar. Es lo que consideraba más saludable. Desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Cinco comidas al día, una cada tres horas aproximadamente, e incluso a veces, si el entrenamiento de ese día me parecía muy exigente, algún snack extra durante el mismo o justo al finalizarlo.
Eso ha hecho que a nivel psicológico siempre haya ido condicionado a la hora de hacer ejercicio. Si por ejemplo tenía que jugar un partido de padel a las 22:00, y no podía comer nada desde mediodía por estar trabajando, me veía incapaz de competir por falta de energía.
La primera vez que fuí a la nutricionista, simplemente reduciendo la cantidad de carbohidratos semanal, empecé a encontrarme mucho más enérgico en ese sentido.
Vamos a ver si añadiendo también los beneficios del ayuno intermitente, conseguimos mejorar todavía más.
¡Ya os contaré!